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    #1

    ? Hätte jemand in Puerto heute das Buch: "San Manuel Bueno, mártir/Märtyrer" ?

    Titel: San Manuel Bueno, mártir / San Manuel Bueno, Märtyrer

    Autor: Miguel de Unamuno

    ISBN: 978-3-15-008437-3

    Ausgabe: Spanisch / Deutsch !!!

    http://www.reclam.de/detail/978-3-15-008437-3

    Falls sich in den Weiten des Forums ein Besitzer dieses Buches findet, wäre es sehr nett wenn dieser sich melden könnte.
    Das Buch müsste noch heute in Puerto de la Cruz sein...
    Vielleicht oxidiert es in irgendeinem Haushalt rum und wird heute nicht benötigt (nur geborgt oder gekauft...).
    Einen Versuch und eine Frage hier im Forum, ist es mir auf alle Fälle wert.

    An alle, mit und ohne Buch, einen schönen Bergfest-Abend.
    Lieben Gruß, eure Plaza
    Zuletzt geändert von ; 26.11.2008, 15:13.

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    #2
    Liebe "Plaza",

    es ist doch immer wieder erstaunlich, mit welchen alten Kamellen man unserer Jugend die heutzutage gültige Welt beibringen will !!

    An den Schulen und Universitäten kommt die Neuzeit scheinbar nur verzögert an.

    Ich glaube, dieses Buch ist auf TF nur bei "Libreria Lemus" in "La Laguna" zu erhalten, ist aber wohl schon zu spät ?

    Vielleicht habt Ihr doch Erfolg gehabt ?
    ******************************************

    ?

    Nein, nichts Neues !

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      #3
      Lieber LaTorre,

      leider hatten wir noch keinen Erfolg. Selbst in ganz Berlin gibt es das Buch nur auf Bestellung.
      Und beim reclam-verlag ist vieles als Download im Internet abrufbar, aber dieses Buch leider nicht.
      Ich habe es erst vorhin erfahren das er es lesen sollte, und das nicht so einfach ist.
      Dann habe ich diese Ausgabe entdeckt. Und so wollte ich mein Glück hier ein bisschen herausfordern...
      Die spanische Ausgabe gibt es komplett im Netz (zwar ohne PRÓLOGO, aber egal):

      http://www.ciudadseva.com/textos/novela/sanmanu.htm

      Aber leider nicht die deutsche! - Heul -
      So, nun schauen wir mal, ihm macht es vor allem Spaß und er ha schon viel recherchiert, gelesen...
      aber es ist vom Stoff halt ein bisschen schwer für jemanden der jetzt erst 2 Monate in der hiesigen Schule ist.
      Und vorher NUR 5 Jahre Schulspanisch hatte.
      Somit ist es schon schade, wenn es nicht so klappt wie man könnte wenn man der Sprache besser mächtig wäre...

      Lieben Gruß!

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        #4
        Auch wenn die Übersetzung nicht gramatikalisch rein ist und die Satz-und Wortstellung nachgebessert werden muss, ist ein Übersetzungsprogramm, wie etwa "Babylon 7 " eine gute Hilfe für einen jungen Studenten, damit er wenigstens den Sinn eines Textes erfassen kann. Diese Programm ist als Software zu erhalten und einfach anzuwenden ( ich habe die Testversion probiert ), aus dem Internet, und diese hat mir Absatzweise übersetzt.

        Wenn Du da mal selbst probieren willst, lad Dir die Demoversion aus dem Netz, kopiere einen spanischen Text in das Fenster, daß sich da öffnet und klicke auf "übersetzen", da wird dann ein Absatz nur gezeigt, aber man kann sehen, wie das funzt.

        Da kannst Du den Originaltext von "Unamuno" mal eingeben, den ich hier mal probeweise als "Kulturgut" einstelle:

        kopiere ihn aus diesem Fenster nach "Babylon" hinüber

        SAN MANUEL BUENO, MARTIR


        Ahora que el obispo de la diócesis de Renada, a la que pertenece esta mi querida aldea de Valverde de Lucerna, anda, a lo que

        se dice, promoviendo el proceso para la beatificación de nuestro Don Manuel, o, mejor, san Manuel Bueno, que fue en esta

        párroco, quiero dejar aquí consignado, a modo de confesión y sólo Dios sabe, que no yo, con qué destino, todo lo que sé y

        recuerdo de aquel varón matriarcal que llenó toda la más entra?ada vida de mi alma, que fue mi verdadero padre espiritual, el

        padre de mi espíritu, del mío, el de Ángela Carballino.

        Al otro, a mi padre carnal y temporal, apenas si le conocí, pues se me murió siendo yo muy ni?a. Sé que había llegado de

        forastero a nuestra Valverde de Lucerna, que aquí arraigó al casarse aquí con mi madre. Trajo consigo unos cuantos libros, el

        Quijote, obras de teatro clásico, algunas novelas, historias, el Bertoldo, todo revuelto, y de esos libros, los únicos casi

        que había en toda la aldea, devoré yo ensue?os siendo ni?a. Mi buena madre apenas si me contaba hechos o dichos de mi padre.

        Los de Don Manuel, a quien, como todo el mundo, adoraba, de quien estaba enamorada -claro que castísimamente-, le habían

        borrado el recuerdo de los de su marido. A quien encomendaba a Dios, y fervorosamente, cada día al rezar el rosario.

        De nuestro Don Manuel me acuerdo como si fuese de cosa de ayer, siendo yo ni?a, a mis diez a?os, antes de que me llevaran al

        Colegio de Religiosas de la ciudad catedralicia de Renada. Tendría él, nuestro santo, entonces unos treinta y siete a?os. Era

        alto, delgado, erguido, llevaba la cabeza como nuestra Pe?a del Buitre lleva su cresta y había en sus ojos toda la hondura

        azul de nuestro lago. Se llevaba las miradas de todos, y tras ellas, los corazones, y él al mirarnos parecía, traspasando la

        carne como un cristal, mirarnos al corazón. Todos le queríamos, pero sobre todo los ni?os. ?Qué cosas nos decía! Eran cosas,

        no palabras. Empezaba el pueblo a olerle la santidad; se sentía lleno y embriagado de su aroma. Entonces fue cuando mi

        hermano Lázaro, que estaba en América, de donde nos mandaba regularmente dinero con que vivíamos en decorosa holgura, hizo

        que mi madre me mandase al Colegio de Religiosas, a que se completara fuera de la aldea mi educación, y esto aunque a él, a

        Lázaro, no le hiciesen mucha gracia las monjas. ?Pero como ahí -nos escribía- no hay hasta ahora, que yo sepa, colegios

        laicos y progresivos, y menos para se?oritas, hay que atenerse a lo que haya. Lo importante es que Angelita se pula y que no

        siga entre esas zafias aldeanas.? Y entré en el colegio, pensando en un principio hacerme en él maestra, pero luego se me

        atragantó la pedagogía.

        En el colegio conocí a ni?as de la ciudad e intimé con algunas de ellas. Pero seguía atenta a las cosas y a las gentes de

        nuestra aldea, de la que recibía frecuentes noticias y tal vez alguna visita. Y hasta al colegio llegaba la fama de nuestro

        párroco, de quien empezaba a hablarse en la ciudad episcopal. Las monjas no hacían sino interrogarme respecto a él.

        Desde muy ni?a alimenté, no sé bien cómo, curiosidades, preocupaciones e inquietudes, debidas, en parte al menos, a aquel

        revoltijo de libros de mi padre, y todo ello se me medró en el colegio, en el trato, sobre todo con una compa?era que se me

        aficionó desmedidamente y que unas veces me proponía que entrásemos juntas a la vez en un mismo convento, jurándonos, y hasta

        firmando el juramento con nuestra sangre, hermandad perpetua, y otras veces me hablaba, con los ojos semicerrados, de novios

        y de aventuras matrimoniales. Por cierto que no he vuelto a saber de ella ni de su suerte. Y eso que cuando se hablaba de

        nuestro Don Manuel, o cuando mi madre me decía algo de él en sus cartas -y era en casi todas-, que yo leía a mi amiga, esta

        exclamaba como en arrobo: ??Qué suerte, chica, la de poder vivir cerca de un santo así, de un santo vivo, de carne y hueso, y

        poder besarle la mano! Cuando vuelvas a tu pueblo, escríbeme mucho, mucho y cuéntame de él?.

        Pasé en el colegio unos cinco a?os, que ahora se me pierden como un sue?o de madrugada en la lejanía del recuerdo, y a los

        quince volvía a mi Valverde de Lucerna. Ya toda ella era Don Manuel; Don Manuel con el lago y con la monta?a. Llegué ansiosa

        de conocerle, de ponerme bajo su protección, de que él me marcara el sendero de mi vida.

        Decíase que había entrado en el Seminario para hacerse cura, con el fin de atender a los hijos de una su hermana recién

        viuda, de servirles de padre; que en el Seminario se había distinguido por su agudeza mental y su talento y que había

        rechazado ofertas de brillante carrera eclesiástica porque él no quería ser sino de su Valverde de Lucerna, de su aldea

        perdida como un broche entre el lago y la monta?a que se mira en él.

        ?Y cómo quería a los suyos! Su vida era arreglar matrimonios desavenidos, reducir a sus padres hijos indómitos o reducir los

        padres a sus hijos, y sobre todo consolar a los amargados y atediados, y ayudar a todos a bien morir.

        Me acuerdo, entre otras cosas, de que al volver de la ciudad la desgraciada hija de la tía Rabona, que se había perdido y

        volvió, soltera y desahuciada, trayendo un hijito consigo, Don Manuel no paró hasta que hizo que se casase con ella su

        antiguo novio, Perote, y reconociese como suya a la criaturita, diciéndole:

        -Mira, da padre a este pobre crío que no le tiene más que en el cielo.

        -?Pero, Don Manuel, si no es mía la culpa...!

        -?Quién lo sabe, hijo, quién lo sabe...!, y, sobre todo, no se trata de culpa.

        Y hoy el pobre Perote, inválido, paralítico, tiene como báculo y consuelo de su vida al hijo aquel que, contagiado de la

        santidad de Don Manuel, reconoció por suyo no siéndolo.

        En la noche de san Juan, la más breve del a?o, solían y suelen acudir a nuestro lago todas las pobres mujerucas, y no pocos

        hombrecillos, que se creen poseídos, endemoniados, y que parece no son sino histéricos y a las veces epilépticos, y Don

        Manuel emprendió la tarea de hacer él de lago, de piscina probática, y tratar de aliviarles y si era posible de curarles. Y

        era tal la acción de su presencia, de sus miradas, y tal sobre todo la dulcísima autoridad de sus palabras y sobre todo de su

        voz -?qué milagro de voz!-, que consiguió curaciones sorprendentes. Con lo que creció su fama, que atraía a nuestro lago y a

        él a todos los enfermos del contorno. Y alguna vez llegó una madre pidiéndole que hiciese un milagro en su hijo, a lo que

        contestó sonriendo tristemente: -No tengo licencia del se?or obispo para hacer milagros.

        Le preocupaba, sobre todo, que anduviesen todos limpios. Si alguno llevaba un roto en su vestidura, le decía:

        ?Anda a ver al sacristán, y que te remiende eso?. El sacristán era sastre. Y cuando el día primero de a?o iban a felicitarle

        por ser el de su santo -su santo patrono era el mismo Jesús Nuestro Se?or-, quería Don Manuel que todos se le presentasen con

        camisa nueva, y al que no la tenía se la regalaba él mismo.
        ******************************************

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          #5
          Er hat den Text auch schon bei google übersetzt.
          Dort kann man den vollständigen Text im Ganzen übersetzen lassen.
          Aber ist sehr schachtelig geschrieben und halt "altes Spanisch"
          (Anfang der 30-er Jahre des letzten Jahrhunderts des vergangenen Jahrtausends).

          Beispiel - erster Absatz (NUR 0,7826810990840965861781848459617 %):
          "Jetzt, wo der Bischof der Diözese Renada, die gehört zu dieser meiner geliebten Dorf Valverde Luzern, gehen, zu dem, was gesagt wird, durch die Förderung des Prozesses für die Seligsprechung von unseren Don Manuel, oder, besser, San Manuel Bueno, Es war in diesem Pfarrer, ich möchte zu verlassen, wie hier, in Form von Bekenntnis und nur Gott weiß, nicht ich, in welchem Ziel, alles, was ich wissen und merken Sie sich das ein Mann, füllte den gesamten Matriarchatsforschung stärker Leben meiner Seele, dass war mein wahrer geistiger Vater, der Vater von meinen Geist, mein eigenes, dass von Angela Carballino."

          Und so geht es dann 30 Word-Seiten lang (mit PRÓLOGO)!

          Schnauf-!



          Nachtrag:
          Und so dachte ich, ich überasche meinen Sohn aus der Ferne und besorge ihm die deutsche Fassung auf Teneriffa.
          Naja hat nicht geklappt, aber ein nettes Pläuschchen mit LaTorre ist auch immer wieder schön.
          Gute Nacht an alle Leseratten und Nicht-Leseratten!
          Zuletzt geändert von ; 27.11.2008, 00:56. Grund: Nachtrag und: Ende (gut alles gut)...

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